01 octubre 2009

LA CUMBRE DE PITTSBURGH

En la pasada reunión del Grupo de los 20 (G-20), los días 24 y 25 de septiembre en Pittsburgh, Estados Unidos –la cual era una continuación de la celebrada en Londres en abril pasado- se tomó la decisión de establecer que en lo adelante será el foro principal para la gestión económica mundial.

La 19 naciones y Europa que forman el G-20, compuesto por los países más ricos y las economías emergentes del planeta -Estados Unidos, Alemania, Gran Bretaña, Francia, Italia, Canadá, Japón, Rusia, China, Comunidad Europea, Arabia Saudí, Argentina, Australia, Brasil, India, Indonesia, Japón, México, Corea del Sur, Sudáfrica y Turquía-, expidieron el acta de defunción del G-7 –formado por los primeros 7 países mencionados- y el G-8 –al cual se le agregaba Rusia-, dejando estos grupos para mera discusión de asuntos geopolíticos.

En la referida reunión, los más importantes líderes mundiales declararon con optimismo que la contundente repuesta del G-20 a la crisis mundial " ayudó a detener la peligrosa y marcada caída de la actividad mundial y a estabilizar los mercados financieros”.

Al asumir la responsabilidad de foro para la gestión económica mundial hicieron una reingeniería del sistema financiero internacional, estableciendo mayores regulaciones y tratando de "equilibrar las desigualdades del desarrollo".

Los países del G-20 - representan 90% de la producción mundial”, se comprometieron a impulsar el pacto global, fortaleciendo al Fondo Monetario Internacional; a financiar "políticas de estímulo económico” – mediante el mantenimiento de gastos públicos elevados y tipos de interés reducidos-; promover el “adecuado balance ecológico”; y fomentar la generación de empleos en su esfuerzo de alentar la recuperación económica.

Incluso se establecieron recetas especificas para las situaciones de las naciones más grandes del mundo, por ejemplo, a los países cargados de deudas, como Estados Unidos, se le recomendó la medicina de que “aumenten sus ahorros”; mientras que “incrementen su consumo” a aquellas potencias exportadoras como China.

En esta cumbre de Pittsburgh se consensuó la adopción de un nuevo orden mundial y una transformación del concepto de las relaciones internacionales, alentando los procesos de integración, las políticas de cooperación y de solidaridad, y asumiendo la responsabilidad de la coordinación de la política económica global, con la finalidad de asegurar un modelo de crecimiento mundial más equilibrado.

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