21 agosto 2008

CENTENARIO DE SALVADOR ALLENDE


En este año se cumplen dos acontecimientos interesantes en la historia chilena: el centenario del nacimiento de Salvador Allende y los 35 años del golpe de estado que le sacó del poder.

El presidente Allende encarnó una verdadera revolución social por la vía democrática en Chile, -algo parecido a lo que había intentado años antes el presidente Juan Bosch en nuestro país-, implementando en su gobierno de mil días importantes medidas que impactaban directamente en las grandes mayorías nacionales.

En esos tiempos en que todavía el mundo vivía los rigores de la guerra fría, emprender el camino de la justicia social era prácticamente parte de una utopía. Cualquier intento de legitimizar las aspiraciones sociales de los pueblos, y convertirlas en acciones de gobierno, era una herejía.

Cuando revisamos su biografía política percibimos el pensamiento de avanzada de Allende, que iba más allá de la implementación de un modelo marxista en una sociedad latinoamericana –como lo han tildado siempre los grupos neoconservadores-, sino que intentó la adopción de una democracia socialista –como se ha vivido posteriormente en muchas naciones de Europa y algunas latinoamericanas.

El presidente Allende planteó los fundamentos de la “vía chilena de socialismo”, que conllevaba la construcción de una sociedad socialista con absoluto respeto al pluralismo político, los principios democráticos y los derechos humanos. Una bella concepción del ideal democrático.

Los cambios implementados fueron muy rápidos y radicales, lo que ocasionó una reacción adversa en los sectores más conservadores de la sociedad chilena y la comunidad internacional.

La nacionalización del cobre, la ruptura con las grandes empresas multinacionales –que le provocaron un bloqueo económico-, y la sospecha del fantasma del comunismo fueron socavando las bases de su gobierno y convirtiendo en irresolubles las contradicciones entre los intereses enfrentados.

Sus grandes conquistas se ven eclipsadas por su muerte. Combatió el latifundio, realizó la publicación de millones de libros a bajos precios, fortaleció la educación y realizó amplios planes sociales de salud.

La inmolación de Allende aquel 11 de septiembre de 1973 constituye uno de los actos más emblemáticos de la historia política del siglo XX, que siempre permanecerá como un legado de responsabilidad, sacrificio y defensa con su propia vida de los principios democráticos de su nación.

Esa semilla sembrada por allende ha germinado en muchos pueblos del mundo y florece cada día en las aspiraciones de cada pueblo del mundo por una mejor sociedad, con justicia social y sólidos principios democráticos.