15 julio 2009

OBAMANOMÍA

Al asumir la Presidencia de E.U. el Presidente Obama sabía que se enfrentaría a la mayor crisis de la historia desde la Gran Depresión, por lo que concibió un amplio programa de rescate económico que le permitiera en un mediano plazo la reactivación de la economía norteamericana.

Con apenas 4 meses de implementarse el plan de rescate por 787,000 mil millones de dólares, ya se le está pidiendo cuentas sobre los resultados de esa cuantiosa inversión, en la medida en que el índice de desempleo ha ido en ascenso.

En el mes de junio de 2009 se calcula que perdieron sus empleos unas 467,000 personas, subiendo la tasa de desempleo una décima hasta el 9,5% -su nivel más alto desde agosto de 1983-; entre abril y junio la media mensual de pérdida de empleos fue de 436.000, mientras que entre noviembre y marzo alcanzó los 670.000.

Desde los albores de la recesión económica norteamericana -en diciembre de 2007- hasta el día de hoy se han eliminado un total de 7,2 millones de puestos de trabajo. En las estadísticas de la Secretaría de Trabajo se calcula el número actual de personas desempleadas en E.U. en 14.7 millones.

Por otra parte, el déficit fiscal federal sobrepasó -por vez primera en la historia- el trillón de dólares -1,086.000 billones-, debido al aumento del gasto público, sumado al rescate de las instituciones financieras quebradas, la caída de los ingresos fiscales y la subida de las prestaciones a los desempleados.

La crítica más severa a Obama es que su plan de estímulo económico no ha conseguido frenar la creciente tasa de desempleo, quien ha esgrimido en su defensa que el programa es a 2 años y no a 4 meses, y que la salida de la bancarrota de GM y Chrysler prueba que sus planes están funcionando.

En el nuevo reporte de esta semana del Consejo de Asesores Económicos de la Casa Blanca titulado “Jobs of the Future” se indica que el plan de rescate “proyecta crear o retener más de 3.5 millones de empleos para el último cuarto de 2010”, sobre todo se espera que en la próxima década continúe el crecimiento sostenido del empleo en el área de salud, con mayor estabilidad laboral en el área de manufactura y recuperación de los trabajos en la industria de la construcción.

Pero lo más interesante del plan económico de Obama es que no se olvida de la parte social, e incluye tres pilares fundamentales: la reforma de los servicios de salud, la energía renovable y la educación –con un interesante programa a 10 años para impulsar las universidades comunitarias con el objetivo de que se gradúen a nivel técnico 5 millones de estudiantes en la próxima década-. Indudablemente la gravedad de la crisis norteamericana ha traído recetas de vanguardia y bien concebidas que permitirán en mediano plazo reordenar la economía estadounidense, aunque algunos apuesten a lo contrario.