31 julio 2008

SOLIDARIDAD PETROLERA


La conformación de un bloque de 57 naciones en vías de desarrollo, que somos los más afectados por los incrementos especulativos del petróleo, ha sido una iniciativa del presidente Leonel Fernández, que ha tenido eco en diversos estamentos internacionales.

Este denominado “Fondo de Solidaridad Petrolera” sería financiado por las naciones productoras de petróleo que han recibido grandes beneficios por las alzas del carburante, y beneficiaría mediante préstamos -a bajas tasas y amplios términos-, e inversiones, a 29 países de África, 19 de Asia y 9 de América Latina.

Este sería un gesto de solidaridad internacional que podría equilibrar medianamente los impactos que ha tenido la factura petrolera en naciones como la nuestra, que conlleva un gran sacrificio nacional poder manejar esas alzas que laceran nuestras economías.

Las iniciativas del presidente Chávez, a través de Petrocaribe, han sido un gesto de solidaridad y generosidad, que ha permitido aliviar la situación de sus países vecinos con la exportación de petróleo a bajos precios y cómodas posibilidades de pagos.

Incluso han comentado algunos de los funcionarios dominicanos que asistieron a la Cumbre Extraordinaria de Petrocaribe de la Isla Margarita, la magnífica propuesta del presidente Chávez de realizar exploraciones petroleras conjuntas entre Venezuela y la República Dominicana para aquilatar la posibilidad real de la explotación de petróleo en nuestro suelo marino o en el territorio nacional.

Recientemente, el canciller dominicano presentó en la ONU la propuesta formal de la creación del “Fondo de Solidaridad Petrolera” mediante el cual esos 57 países con una renta per cápita no superior a los 6,000 dólares tengan acceso a un fondo de 40,000 millones de dólares, creado por los exportadores de petróleo.

Este fondo se repartiría mediante la concesión de subvenciones, préstamos blandos a largo plazo e inversiones directas en países en desarrollo.

Aunque algunas naciones han mostrado ciertas reticencias, el planteamiento es indudablemente una salida viable para manejar la situación actual de nuestras economías. Pero además, considero que hay otras aristas de la crisis que también debemos incluir en ese Fondo como el tema de la deuda externa o eterna de nuestras naciones, con la búsqueda de la solidaridad de los países acreedores en el tratamiento de la misma: cuando no, tratar de colaborar con la condonación en algunos casos, la reducción en otros o la aplicación de programas de conversión de deuda en educación, salud o inversión social.
Este sería un gesto de solidaridad internacional que podría equilibrar medianamente los impactos que ha tenido la factura petrolera en naciones como la nuestra, que conlleva un gran sacrificio nacional poder manejar esas alzas.