11 diciembre 2008

EL PETRÓLEO EN BARATILLO

La impresionante caída de los precios del barril de petróleo, perdiendo alrededor de US100.00 en tan sólo cuatro meses, ha sido un real alivio para muchos de nuestros pueblos, que han visto disminuir en más de 70% sus facturas petroleras.

Había sido testigos de una creciente espiral en el precio del carburante, superándose a veces en menos de 24 horas las máximas históricas del costo del producto.

Esto se debía al elemento especulativo que se apoderó de los precios del llamado “oro negro”, con las grandes demandas de los Estados Unidos, China, Inglaterra o la India, las cuales rebasaban la capacidad de producción de los países exportadores.

Esta alza inflacionaria del combustible fósil tuvo su freno por la amenaza de una recesión mundial, que crea incertidumbre en los consumidoras y por ende se desincentiva la demanda.

En la mayoría de los países latinoamericanos, incluyendo la República Dominicana, ya se ha reflejado en los precios de los derivados del petróleo una disminución sustancial.

Sin embargo, resulta preocupante el anuncio realizado en el día de ayer por la Agencia Internacional de Energía (IEA), de que el petróleo a bajos precios está llegando a su fin y podría volver rápidamente a US$100.00.

Ante esta disyuntiva y la posibilidad de que se revierta como boomerang estas bajas para convertirse en alzas, nuestras naciones y en especial la República Dominicana debe asumir tareas inaplazables como incentivar a corto plaza la generación de energía alternativa; propiciar el consumo de combustible por parte de la población con una campaña efectiva; realizar compras a futuro extraordinarias de carburante que nos garantice un flujo de petróleo aleatorio que pueda permitirnos afrontar con más holguras las posibles elevadas del precio.

Estas medidas de ahorro de combustible y de búsqueda inmediata de generación energética alternativa tienen que ser producto de un esfuerzo mancomunado del gobierno, el sector empresarial y la ciudadanía en general, para resguardarnos en este aspecto de una subida especulativa del precio del carburante.

En tiempos de baratillos se compra un poco más para las épocas de escasez, y más cuando la OPEP amenaza constantemente en la reducción de la producción, tomando medidas para que los inventarios decrezcan, la demanda aumente y el precio suba. El ahorro es la clave de nuestra seguridad petrolera.