21 febrero 2008

LA INDEPENDENCIA DE KOSOVO

La región de los Balcanes, escenario de cruentas guerras étnicas y nacionalistas en la pasada década, vuelve hoy a la palestra pública con los aires independentistas kosovares y la tensión que se ha generado entre aquellas naciones que reconocen el nuevo país y las que se oponen a su autodeterminación.

Kosovo, durante la existencia de la Yugoslavia socialista de Tito, fue una provincia autónoma socialista subordinada a Serbia hasta la disolución de Yugoslavia, pasando a formar parte de la Rep. Federal de Yugoslavia, que luego se convertiría en el estado de Serbia y Montenegro.

Aunque estaba bajo la jurisdicción serbia, Kosovo era mayoritariamente de origen albanés. Al asumir Slobodan Milošević como Jefe de Estado de Yugoslavia, trató de reducir la autonomía de Kosovo aumentando la presencia de serbios en el territorio.

En 1999 estalló la
Guerra de Kosovo, tras mucho tiempo de luchas separatistas, que enfrentó a la Rep. Federal de Yugoslavia contra las tropas de la OTAN, que apoyaban al pueblo albano-kosovar, para impedir una limpieza étnica.

Tras el conflicto bélico la ONU, amparada en la Resolución del Consejo de Seguridad No. 1244 del 10 de junio de 1999, estableció una misión de paz y asumió la administración de ese territorio, que permaneció “de derecho” como provincia de la República Serbia.

La Misión de Naciones Unidas en Kosovo (UNMIK) tenía jurisdicción total en la organización de los órganos ejecutivo y legislativo junto a los dirigentes de la etnia albanesa, sin injerencia alguna del gobierno serbio.

El 17 de febrero de 2008 Kosovo declaró unilateralmente su independencia, que si bien ha sido reconocida por E.U., Reino Unido Albania, Alemania, Austria, Bélgica, Croacia, Afganistán, Estonia, Dinamarca, Costa Rica, Eslovenia, Finlandia, Francia, Hungría, Italia, Irlanda, Letonia, Lituania, Polonia, Luxemburgo, Suecia y Turquía; ha encontrado oposición en Serbia, Rusia, China, España, Azerbaiyán, Bielorrusia, Chipre, Georgia, Eslovenia, Moldavia, Rumania, Sri Lanka y Vietnam.

Los países que se oponen a la independencia de Kosovo entienden que es un peligroso antecedente para otros grupos separatistas del mundo. En España se ven en el espejo de grupo separatista ETA, Rusia con otras provincias que aspiran su escisión y China lo asimila al caso de Taiwán. Mientras, Canadá evalúa la situación, ya que enfrentó dos referéndum por la independencia de Québec.

La independencia de Kosovo es un hecho que de revertirse provocaría una nueva guerra en los Balcanes. Ya desde 1999 la República Serbia no tenía jurisdicción alguna sobre Kosovo, ni sus pueblos tienen identidades que las unan. A pesar de las tensiones, bienvenido a la nueva República.