26 junio 2008

DESAFIOS EXTENUANTES

La verdad que ya no se tiene ideas de hasta dónde podrán llegar los precios del petróleo en esta escalada alcista sin precedentes en la historia de la humanidad. Mientras en el mundo entero se dan las más violentas protestas por la subida inexplicable de los precios del carburante, la OPEP acaba de establecer en su reunión extraordinaria que los precios del petróleo no bajarán, y que no existe ninguna razón para incrementar la producción del carburante.

La Unión Europea, los EE.UU. y diversos organismos internacionales han solicitado a la OPEP el incremento de la producción para tratar de frenar la tendencia alcista de los precios, que ya ronda por los US$140 el barril.

Ante esta disyuntiva tan preocupante por su impacto desestabilizador de muchas regiones del mundo, la humanidad debe hacer frente a este inmenso desafío, y más cuando se pronostica que no sólo seguirán aumentando de precios, sino que en 40 años aproximadamente los yacimientos petroleros activos habrán mermado hasta casi su desaparición.

Estos shocks petroleros incluso están haciendo variar los centros de poder económico en la comunidad internacional, ya que los países beneficiarios del “boom petrolero” tendrán cada vez más recursos, y habría que esperar la traducción de esta situación en el escenario geopolítico del mundo, pues su influencia hegemónica se acrecentaría y propiciarían el establecimiento de un nuevo orden internacional.

El catedrático de relaciones internacionales francés Frédéric de Monicault ha aseverado en este contexto que “si Irán se enriquece, el Hezbollah podría ser aún más fuerte. O China podría controlar cada vez más a África”.

Asimismo, se prevé un resurgimiento de los conflictos por el control de los yacimientos de petróleo y si escudriñamos en el mapa de los conflictos armados existentes en el mundo, nos damos cuenta de que más de 80% se registran en naciones productoras de petróleo.

La comunidad internacional debe buscar respuestas urgentes y eficientes para enfrentar esta situación de crisis permanente que se nos presenta, tomando medidas de austeridad con la racionalidad y reducción del consumo de combustibles en lo que vamos haciendo la transición a las energías alternativas.

La solución de esta crisis energética y la necesidad de garantizar la autosuficiencia alimentaria son los desafíos más grandes que el hombre ha enfrentado en toda la historia. Para colmo de males hoy ambos andan juntos, por lo que resultan más extenuantes.