19 agosto 2009

EL RITMO DE LAS REMESAS

La crisis financiera que se ha presentado en E.U. ha lesionado gravemente el envío de remesas a los países latinoamericanos. El crecimiento económico sostenido por la región en los últimos cinco años (a un ritmo de 4.8%) se ha visto impactado por la significativa reducción experimentada por las remesas migratorias.

Para nadie es un secreto, que toda familia pobre y de clase medida que tiene un pariente en Estados Unidos o Europa, siempre espera esos dólares y euros para resolver problemas básicos como alimentación, salud, educación y pago de viviendas.

Hay una ecuación clara de que a menor remesas mayor pobreza, y eso tiene su impacto necesariamente sobre la demanda interna en las economías nacionales de nuestros países.

En el 2008 los envíos de los inmigrantes latinoamericanos rondaron por el orden de los 69,200 millones de dólares –una de las mayores fuentes de divisas para muchas economías-, representando para países como Guyana el 26 % de su PIB, para Honduras casi el 22% y en El Salvador, Haití y Jamaica ronda por casi el 19% de su PIB.

Estos envíos de los inmigrantes latinoamericanos a sus familias desde E.U. – de acuerdo a cifras del Banco Mundial- cubren a 20 millones de familias y más de 100 millones de personas.

En la medida que se produzca, existe una mayor merma en el envío de remesas a las naciones latinoamericanas.

El endurecimiento de las medidas políticas migratorias, un mayor desempleo de nuestros inmigrantes en E.U., y los deprimidos salarios ha incidido en que mientras en 2006 ¾ partes de los inmigrantes hacían envíos, en el 2008 fueron sólo la mitad (BID).

En esta semana se dió a conocer un estudio de BID y el Diálogo Interamericano donde se estima que “América Latina recibirá durante este año 62.000 millones de dólares en remesas, especialmente desde Estados Unidos, España y Japón, países que han sido impactados duramente por la crisis”.

Asimismo, advirtió el BID, que “las remesas que recibe América Latina caerán 11% este año, producto de la crisis económica mundial, lo que afectará a cuatro millones de habitantes de la región”.

Otros datos estadísticos del Banco Mundial señalaban en el pasado mes de julio que preveía una disminución de 6,9% en las remesas que recibe América Latina, mientras que el SELA la estimó en 7% en mayo.

La crisis claramente ha limitado la capacidad de los inmigrantes para enviar dinero a sus países de origen, por lo que resulta inminente que se propicien iniciativas que ayuden a asegurar que los costos de enviar remesas se mantengan bajos para que los inmigrantes y sus familias puedan recibir una mayor porción de su dinero.