17 junio 2009

CUBA Y LA OEA

Después de más cuarenta y siete años de Cuba haber sido expulsada de la Organización de Estados Americanos (OEA) -31 de enero de 1962- ,la Asamblea General de la OEA reunida en San Pedro Sula, Honduras, decidió anular la resolución que suspendió a la nación caribeña como miembro activo de la organización.

La presión mancomunada de todos los pueblos latinoamericanos hacía impostergable esta medida, ya que había aprestos de muchas naciones sudamericanas, en especial los países que componentes el ALBA –Bolivia, Venezuela, Nicaragua y Honduras- en propiciar la creación de un nuevo organismo regional que sustituyera la OEA.

En estos tiempos era un verdadero anacronismo mantener a una nación del hemisferio vedada a participar en las decisiones regionales, ya que los motivos para su expulsión estaban sustentados en la crisis por el despliegue de misiles soviéticos en suelo cubano.

Ya el Presidente norteamericano había tomado medidas para ir flexibilizando el bloqueo económico que por más de cuatro décadas ha mantenido Estados Unidos a la isla, sin que se lograra ningún cambio.

La Secretaría de Estado de los Estados Unidos, no obstante apoyar el reintegro de Cuba a la OEA, también remarca que todos los países latinoamericanos se han acogido a la Carta Democrática Interamericana de 2001, en la cual se concibe “un concepto de democracia representativa que dicta mucho del sistema político cubano”.

Mientras tanto, el régimen cubano ha planteado su desinterés de ingresar a ese organismo internacional luego de derogada la resolución, lo cual dificulta el ingreso de esa nación a la OEA, ya que su reintegro no opera de forma automática.

Para cualquier nación ingresar como Miembro Activo de la OEA debe hacer dos cosas: una petición de su gobierno –lo que Cuba rechaza de plano-; y dos, que estén en concordancia con las prácticas, propuestas y principios de la organización –sobre todo el respecto a los principios de la democracia representativa, con la celebración de elecciones libres y democráticas-, lo que tampoco se presenta en el sistema político cubano-.

Pero lo más importante, es que se han dados los primeros pasos para una reintegración del Cuba en el seno de la OEA, la resolución fue derogada, las puertas han quedado abiertas y existe desde ahora una invitación permanente para que Cuba decida cuando formalizar su ingreso.


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