29 julio 2009

UN DIPLOMÁTICO EFICIENTE

La gestión diplomática de una nación está solidariamente ligada a la capacidad y eficiencia de los representantes designados para esta tarea. La ejecución de los diversos proyectos -algunos encarpetados en una agenda bilateral y o que van surgiendo sobre la marcha por las necesidades del país receptor- tiene marcada la impronta del diplomático que propicia la ejecución de los mismos.

El clásico diplomático inglés Harold Nicholson presenta siete cualidades que debe tener un buen diplomático, a saber: Veracidad -porque contribuye a una buena reputación e intensifica la credibilidad-; Precisión –que implica certeza intelectual y moral-; Buen carácter, -que implica moderación y sutileza-; Paciencia; Calma -que permite guardar imparcialidad y precisión-; Modestia -para no dejarse envanecer y jactarse de sus victorias y éxitos-; y Lealtad, a sus gobiernos y hasta al país que los hospeda”.

A este perfil básico deben integrarse herramientas imprescindibles para ejercer una buena gestión diplomática, entre otras: un arraigado conocimiento de su nación, el manejo de las comunicaciones virtuales, y el entendimiento del nivel de internacionalización de las relaciones económicas y sociales en el mundo.

Itamaraty –la cancillería brasileña- ha sido reconocida internacionalmente por el esmerado cuidado en la preparación de sus diplomáticos, y la escogencia de brillantes representantes, que no sólo se preocupan por ejercer las funciones asignadas a su alta investidura, sino que asumen con preocupación los problemas nacionales de la nación receptora.

Este es el caso del Embajador Ronaldo Dunlop, quien concluye una fructífera labor diplomática de más de seis años en la República Dominicana, contribuyendo de manera directa a la realización de importantes proyectos de infraestructura, -como presas, acueductos, corredores viales- que se convierten en un aporte trascendente en el desarrollo nacional.

Asimismo, está el caso del intercambio comercial, el cual se triplicó en el transcurso de su gestión, sirviendo no sólo de promotor de los productos nacionales –como el ron y el tabaco- en su país, sino abriendo las puertas a la posibilidad de que la R.D. pueda llegar a acuerdos con Mercosur para un preferente tratamiento arancelario en las naciones que componen ese bloque.

En cuanto a lo cultural, deja inaugurado un precioso Centro Cultural Brasil-República Dominicana, con un auspicioso programa de actividades, que servirán de vínculo cultural permanente de nuestras naciones.

Como esta pequeña muestra existen centenares de realizaciones que dejan en la República Dominicana una huella indeleble de un eficiente diplomático, dominicano de corazón y excelente ser humano.

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